Odio las agujas

Justo a la mitad de una de mis múltiples siestas, siento como de pronto el Sr. Alvarez me toma por el lomo con gran fuerza para luego meterme a la caja de transporte felino. Ese acto tan violento solo podía significar una visita al veterinario! Cómo lo odio.

Luces blancas sumamente brillantes, mesas de acero frío y guantes de latex, no son precisamente mi idea de una mañana agradable.

Todo iba bien al principio. Unas caricias en la cabeza, me cortaron las uñas y me mataron una pulguilla majadera que vivía detrás de mi oreja izquierda. Pero la cosa no terminó ahi, luego me razuraron un pedazo (con muy mal gusto por cierto), para luego enterrarme una maldita aguja que me provocó un dolor insoportable, mientras esto sucedía, trate con todo mi corazón de sacarle un ojo al maldito doctor, pero no lo logre por culpa del Sr. A quien me sujetaba con fuerza.

Fobia a las agujas?! Pués si, las odio, las odio, las odio. No podrían acaso sustituirlas por un parche, unas gotas o un spray olor canela?

Adicción

Una despedida que hizo asomar nuestras lágrimas, sonrrisas, caricias y besos. Una despedida que duró menos de 24 horas y que solo probó que tenemos que estar juntos.

A la mañana siguiente y desde el tejado más alto del barrio la veo pasar. La saludo con un movimiento suave de mi cola pero no con la misma fuerza que hubiera querido. Todo el día esperé que en algún momento dejara de pensar en ella. Más tarde me vi obligado a escapar del Sr. A., este al verme tan extraño, se supuso que estaba enfermo e insitía en meterme a una caja para llevarme al veterinario. No tuve otra opción que salir de la casa.

Poco después de ocupar mi lugar en el techo de la casa, la gatita llego a verme. Me imagino que para los otros felinos que pasaban por ahi, parecía que estabamos converzando, pero en realidad, jugábamos a ver quien podía disimular más las ganas de robar un beso, al final, este juego lo perdimos (o ganamos?) los dos.

Mi roto y peludo corazón

Desde el principio sabía que esto no sería fácil.

Estaba seguro que mi corazón de gato se rompería, pero no me importó. Me deje llevar por aquella sonrrisa maravillosa que crispaba mis bigotes en segundos. Cómo podía resistirme? Si bastaba que me acariciara el lomo para que me temblaran las patas.

Pero todo terminó, o al menos eso creo.

Ahora, hay que esperar a que ella resuelva sus problemas, y para continuar con la costumbre de perseguir fines inútiles, voy a sentarme en el tejado más alto del barrio a esperar que la última lágrima se seque y ella aparezca de nuevo.

Donde todo comenzó

Hoy recordé el día en que decidí comenzar a escribir este blog.

Recordé aquel sentimiento de soledad y vació que me obligaba a arañar los sillones con gran rabia.

Recordé la felicidad y el calor que me producía la Sra A. cuando acariciaba mi peluda cabeza.

Recordé que aunque las personas se alejan, los corazones siguen latiendo rápido y en el mismo sentido.

Han pasado muchas cosas desde que llegué a mi nueva casa y creo que ya es hora de cambiar mi espacio y mis ideas. Debo moverme. Es imposible para mi olvidar el pasado y darle toda la oportunidad que se merece mi futuro.

Por qué es tan dificil avanzar?

Extraño sueño estando despierto

Problemas, problemas, confusión... deseo.
Ahora es momento de responder, actuar... desaparecer.
Me voy a morir, o no?

[publicado con fines masoquistas]