El ritmo de la carne
Todos tenemos un ritmo propio que cicatriza en nuestros huesos. Anoche, antes de dormir, cerré los ojos y esperé escucharme latir.
Después de un rato me asusté, olvidé el sonido de mi carne. Dentro de mi, escuchaba varias melodías que aunque me recordaban cosas hermosas no sonaban como yo.
Pasaron horas y de forma suavecita fue apareciendo un ritmo un tanto atropellado y desafinado. Ese soy yo.
Después de un rato me asusté, olvidé el sonido de mi carne. Dentro de mi, escuchaba varias melodías que aunque me recordaban cosas hermosas no sonaban como yo.
Pasaron horas y de forma suavecita fue apareciendo un ritmo un tanto atropellado y desafinado. Ese soy yo.
4 Comentarios:
Qué suerte que encuentres paz, gatito. Cuando yo trato de escuchar a mi corazón se me ocurre que justo entonces se va a parar o algo así... pero, claro, no tengo uno chiquiturro y felino como el tuyo.
Galgata... a que suenas?
buena reflexión esa de escucharse por dentro. yo sueno a rock sicodélico tirando a un merengue de juan luis guerra y la 4.40
saludines gatico :)
a mi ya se me habia olvidado a que sueno, hace un rato traté de escucharme...
sueno a vacío...
que feo
:(
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