octubre 27, 2005

Huida de un tercer piso

Sin darme cuenta, porque es de esta forma que suele suceder, quedé encantado de una señorita que vive cerca de la casa del Sr. A.

Recuerdo que ella comenzó el hechizo con su sonrrisa maravillosa. No pude evitar acercarme a ella y presentarle mi peluda cabeza esperando una caricia, casi de imediato comencé a ronrronear. Todavía me pregunto por que me siento tan bien con ella. Me sorprende como su carita no puede parar sonrreir y sus pies rara vez se quedan quietos.

Aunque ya la había visto antes, traté con gran fuerza de no acercarme a su casa pues es bien sabido por las mascotas del barrio, que en el edificio que ella vive no se admiten animales.

Las prohibiciones no detuvieron a este personaje y anoche terminé durmiendo junto a la cama de la hermosa señorita. Mi sueño fue espantado ante los puñetazos que un no grato ser humano le dió a la puerta principal. Fue entonces, cuando el pánico me invadió y mis pensamientos se tornaron confusos, trate nerviosamente de esconderme, primero debajo de la cama, luego en el closet y al final terminé detrás de la puerta del baño, mi corazón peludo estaba agitado. No fuera que el casero se molestará tanto que decidiera lanzar mi existencia por la ventana de un tercer piso.

Luego de un rato y al escuchar que esta persona bajaba las escaleras, salí de mi escondite y salté por la ventana para caer al techo de una casa vecina encontrándome al fin a salvo.

No quiero dejar de ver a esa linda señorita. Odio la política antimascotas.

I am Jack's unlove pet.

2 Comentarios:

Blogger Ventolin dijo...

Esa historia es basada en hechos de la vida real.

11:24 a. m.  
Blogger El gato dijo...

Asi es, pero a veces parece una novela.

9:55 a. m.  

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