enero 19, 2006

Celoso

El Sr A. sigue contento después que le presenté a la hermosa señorita. Anoche me enteré de algo que no se como tomar, estoy celoso. Mientras ellos estaban en el sillón conversando muy abrazados escuche como el Sr A. le contaba a su nueva novia una historia de un gato (o gata en este caso) que no soy yo. La historia iba más o menos asi:

En mi casa a parte de animales muy controlables y ciertamente silenciosos, como tortugas psicópatas y peces con problemas de aprendizaje nunca había existido una mascota. Una mascota que te hiciera correr detras de ella en medio de los muebles... asi fue entonces como un d’í me levanté con la palabra gato tatuada en mi cabeza y tomé un bus hacia un lugar que no conocía, para conocer a la gata con la que había soñado
cuando llegué al refugio frío y muy oscuro habían como 20 peludos gatitos desendo tener un nombre, todos comenzaron una lucha por llegar a mis brazos sin importar que para eso tuvieran que escalar por mi pierna enterrando sus uñitas en mis rodillas y muslos, al principio se me ocurrió que me los iba a llevar a todos, eran preciosos, pero luego vi en una esquina una bolita paqueñita, una bolita blanca, café y amarilla que no le importaba mucho que yo estuviera ahí. Me le acerque y la alce con una mano para ver unos ojitos verdes que parecían combinar muy bien con lo que yo soñé, un gato...

"Esta, quiero esta, si si, la pequeñita de colores... la gatita llena de luz"

La lleve a mi casa encerrada en una caja mojada que por unos días ella adoró, hasta que luego de mis muchas caricias entendío que mis manos la protegerían má que ese viejo pedazo de cartón "Linda, preciosa, mi gata".

Mis mañanas con olor a café tuvieron una invitada que luchaba contra el períodico, lo odiaba. Mientras yo pasaba los anuncios económicos, esperando no leer ninguno, ella escogía el centro del pliego para sentarse y lanzarmun miua... Miau que yo interpretaba como: "HEY estoy aqui, leeme a mi, al fin y al cabo yo soy más bonita", con el tiempo ella entendió que simplemente no competía con ese montón de hojas impresas y antes de pelear conmigo se iba directamente a mi regazo a darme un poquito de su calor

Ese calor me inundó y la gatita sigue sentada en mis regazos

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Tiene mucha razón la gatita. Nos gusta que nos lean cuentos, sobre todo después de comer, porque el ronroneo de los humanos nos apacigua y nos da seguridad; y porque los cuentos, como dice Tutu (otro blogger-cat) estimulan nuestra imaginación. Las humanas que yo tengo hicieron unb blog con cuentos sobre nuestro hogar, al que tengo el honor de invitaros (gato del Sr. Alvarez y Sr. Alvarez). Nuestro hogar está en Chile, como en la punta de abajo del mundo, pero podeis llegar rápido a través del agujero negro de la web. Ahí os mando las coordenadas: http://cuentosdegatas.blogspot.com
Saludos
Lobo Mag

10:39 p. m.  

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