Gota a gota

Si una gota cae detrás de otra, al tiempo habrá un charco en ese sitio. De esa misma manera se comportan algunos problemas entre los gatos. Un día, sales de tu casa y resulta que algún felino de la zona te volvió a ver feo (no le dices nada y sigues tu camino), pero al día siguiente, vos orinas sobre su techo favorito. Asi, poco a poco construyes una relación de enemigo mortal con este personaje.

Pero también están los problemas que surgen de una gota y casi imediatamente se transforman en un río furioso. Eso precisamente es lo que me sucede con una gatita preciosa, por la mañana toma mi cola con la suya para recordarme que está ahi y que me quiere, pero, de un segundo a otro: una palabra, un gesto, la posición del sol o la forma de mis bigotes, resultan en una cadena de palabras y silencios que me vuelven loco.

Estoy tratando de ver las gotas cuando se precipipan al suelo, si lo logro, posiblemente pueda detenerlas suavemente con mis bigotes y asi ser más feliz.